La paradoja del peso
Perder peso es un proceso simple.
No hay misterio ni fórmula mágica detrás.
Y sin embargo, ¿por qué se siente tan difícil?
Esa es la pregunta que millones de personas se hacen cada día. La realidad es que no es tu edad, tus hormonas ni tu genética lo que te impide lograr resultados. Es la forma en que entiendes y gestionas el proceso.
Para cambiar tu cuerpo, primero tienes que enfrentar algunas verdades que duelen.
La paradoja del peso
Perder peso es un proceso simple.
No hay misterio ni fórmula mágica detrás.
Y sin embargo, ¿por qué se siente tan difícil?
Esa es la pregunta que millones de personas se hacen cada día. La realidad es que no es tu edad, tus hormonas ni tu genética lo que te impide lograr resultados. Es la forma en que entiendes y gestionas el proceso.
Para cambiar tu cuerpo, primero tienes que enfrentar algunas verdades que duelen.
No son tus hormonas, ni tu edad, ni tu genética lo que te impide perder peso
Si alguna vez hiciste una dieta, probablemente bajaste de peso… hasta que lo recuperaste.
Y entonces empezaste a buscar culpables externos: las hormonas, la edad, los carbohidratos, tu metabolismo.
Pero la verdad es otra.
Lo que realmente nos frena son las expectativas irreales y la falta de paciencia.
Pasaste años construyendo tus hábitos actuales; no puedes deshacer ese proceso en semanas.
El cambio no se trata de velocidad, sino de constancia.
Tu cuerpo no está en tu contra: es un sistema de ahorro
Tenemos un sistema fisiológico espectacular. Un mecanismo de supervivencia tan eficiente que nos ha permitido llegar hasta hoy: el tejido adiposo.
Ese tejido que almacena lo que tanto queremos eliminar; los “rollitos” o “michelines”. Pero es, en realidad, una cuenta de ahorro energética.
Cada kilo de grasa almacena suficiente energía para alimentar tu cuerpo entre tres y seis días.
Y si tienes cinco kilos de sobrepeso, eso equivale a un mes entero de reservas.
Tu cuerpo no ve grasa: ve combustible para sobrevivir.
Por eso perderla toma tiempo. No porque tu cuerpo te sabotee, sino porque está haciendo exactamente lo que fue diseñado para hacer: ahorrar energía en tiempos de abundancia.
Vivimos en un mundo que no está hecho para nuestro cuerpo
Durante miles de años, la escasez fue la norma.
Hoy, la abundancia es el problema.
Nunca en la historia había sido tan fácil conseguir comida: presionas un botón y llega a tu casa.
Nuestra biología sigue adaptada a un mundo donde escaseaba el alimento, no a uno donde abunda.
Por eso la lucha no está en tu metabolismo, sino en aprender a vivir con abundancia sin caer en el exceso.
La pérdida de peso (grasa) sostenible es un proceso lento (y eso es bueno)
Saber esto cambia por completo la perspectiva.
Una pérdida de peso en grasa saludable y sostenible, ocurre a una tasa de entre 0,5 % y 1 % de tu peso corporal por semana.
Eso equivale, en la mayoría de los casos, a 500 gramos a 1 kilo por semana.
No es lineal.
Habrá semanas sin cambios, otras con más progreso, y otras donde simplemente tu cuerpo se adapta.
El punto no es la velocidad: es la dirección.
Y mientras protejas tu masa muscular y mantengas el enfoque, el resultado llega.
Qué hacer realmente para perder peso (en grasa)
El secreto no está en eliminar alimentos, ni en la dieta perfecta, o la rutina milagrosa.
Es una combinación de tres cosas:
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Estructura: una alimentación que priorice proteínas, verduras, frutas, y alimentos reales (esos en el que el ingrediente es el alimento en sí mismo), en déficit energético (que aporte menos energía que la que gastas)
-
Propósito: tener claro por qué lo haces y qué representa para ti.
-
Constancia: avanzar todos los días, incluso cuando los resultados aún no se ven. La constancia siempre vence a la perfección.
Perder peso en grasa es tan simple como eso.
Pero requiere la fortaleza de enfrentar tus hábitos, y la paciencia de construir nuevos.
La constancia y la paciencia son el verdadero secreto
Perder grasa no es un sprint, es un proceso de autoconocimiento.
Tu cuerpo no te está castigando: te está dando la oportunidad de entenderlo mejor.
Cuando dejas de buscar culpables y empiezas a asumir responsabilidad, el proceso se vuelve más claro, más humano y, sobre todo, sostenible.
¿Listo para comenzar tu cambio?
Si estás listo para transformar tu cuerpo, tu energía y tus hábitos, completa el formulario KINU.
Analizaremos tu caso y te ayudaremos a construir un plan personalizado para alcanzar tus objetivos de forma realista y sostenible.